dimecres, 7 de febrer del 2018

lubricados



"[...] Tampoco me reconocía a mí mismo, tan ligeros y como lubricados con aceite corrían mis miembros. Después de comer, mientras llevaron a Edith a descansar un rato a la habitación de la mujer de la administrador, probé uno  tras otro unos cuantos caballos. Corrí a porfía con algunos de los jóvenes mozos por los prados y experimenté, al soltar las riendas y soltarme a mí mismo, una sensación de libertad que desconocía. ¡Ojalá pudiera quedarme aquí, a las órdenes de nadie, libre en los campos libres, libre como el viento! Sentí un cierto pesar cuando, tras haber galopado un buen trecho campo traviesa, oí de lejos la llamada del cuerno de caza que anunciaba el regreso. "

S. ZWEIG, La impaciencia del corazón,(1939), trad. Joan Fontcuberta, Acantilado, Barcelona, (2006)